Historia de la Ciencia Febrero 2020

Nacimientos

Hace 275 años…

Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta (18 de febrero de 1745 – 5 de marzo de 1825) – Físico italiano. Volta no fue un niño prodigio. No aprendió a hablar hasta los cuatro años y su familia estaba convencida que era retrasado mental. Sin embargo, a los siete años ya estaba a la altura de los de su edad y a partir de entonces comenzó a destacarse. Volta se interesó por el fenómeno de la época, que era la electricidad, interés despertado por las nuevas teorías sobre la electricidad emitidas por Priestley. En 1774, fue profesor de física del Colegio Superior de Como y al año siguiente inventó el electróforo, aparato que describió en una carta a Priestley. Este aparato consitía en un disco metálico cubierto de ebonita y otro disco también metálico con un asa aislada eléctricamente. El disco de ebonita se frota, con lo que adquiere carga eléctrica negativa. Si se coloca encima el disco metálico, aparece en la superficie inferior de éste carga eléctrica positiva y en la superior negativa. Esta carga negativa de arriba puede llevarse a tierra y perderse y repitiendo el proceso se puede crear una gran carga en el disco que sostenemos con el asa; este aparato acumulador de carga sustituyó al vaso de Leyden y es el fundamento de los condensadores que hoy existen. La fama de Volta se difundió en seguida como resultado de esto. En 1779, se le asignó la cátedra de la Universidad de Pavia, donde continuó sus trabajos de electricidad. Inventó aparatos de electricidad estática y la mayor hazaña de su vida estuvo relacionada con la electricidad dinámica a la vez que con la estática. Siguió los experimentos de Galvani al día, y se planteó el problema de si la corriente eléctrica.que aparecía al contacto de dos piezas metálicas con el músculo, tenía su origen en el músculo o en las piezas metálicas. Para comprobarlo, decidió en 1794 hacer uso de los metales sin intervención del músculo y vio que al momento se establecia una corriente eléctrica, por lo que dedujo que no tenía nada que ver con los tejidos o cosa vital alguna. Esto entabló controversias entre los dos italianos, situándose el alemán Humboldt a la cabeza de los seguidores de Galvani y el francés Coulomb a la cabeza de los de Volta. El peso de la evidencia se inclinó más y más hacia Volta y Galvani murió amargado. Entre 1776 y 1778, se dedicó a la química, descubriendo y aislando el gas metano. En 1800, Volta afianzó su victoria inventando aparatos que producían un flujo de corriente eléctrica. Utilizó recipientes con una solución salina, conectados por arcos metálicos, una de cuyas puntas se metía en un recipiente y la otra en el siguiente, siendo de cobre un extremo del arco y de estaño o de zinc el otro; como cualquier grupo de objetos similares que hacen un trabajo de unidad se llama batería, el invento de Volta era una “batería eléctrica”, la primera de la historia. Volta redujo complicaciones de tamaño y de molestias originadas por las soluciones utilizando pequeños discos redondos de cobre y zinc y otros de carbón impregnado en la solución salina. Empezando desde abajo, los discos eran de cobre, zinc, carbón, cobre, zinc, carbón y así sucesivamente. Si se unía un alambre con la parte superior e inferior de esta “pila de Volta” lo atravesaba una corriente eléctrica al cerrarse el circuito. Al poco tiempo, esta pila empezó a tener uso práctico gracias a William Nicholson y condujo directamente a la obra de Davy. El invento de la batería puso por las nubes el nombre de Volta, quien fue llamado por Napoleón en 1801 para que le hiciera demostraciones de sus experimentos. Recibió un sinnúmero de medallas y condecoraciones, incluída la Legión de Honor e incluso le hicieron conde. Su mayor honor, sin embargo, reside en que la unidad de fuerza electromotriz (la fuerza que conduce la corriente eléctrica) hoy se llama voltio. La energía de partículas cargadas en movimiento producido por las máquinas de desintegración atómica se mide en la unidad electrón-voltio. Un billón de electrón-voltios se abrevian con el término “bev”. Recibió en 1794 la Medalla Copley de la Royal Society.   


Hace 200 años…
Lewis A. Swift (29 de febrero de 1820 – 5 de enero de 1913) – Astrónomo estadounidense. Se interesó en la astronomía desde niño, después de observar el Gran Cometa de 1843. Swift llevó a cabo sus primeras observaciones en Rochester, Nueva York. Posteriormente consiguió un patrocinio del empresario Hulbert Warner, quien le financió la construcción de un observatorio con un telescopio de 16 pulgadas. Posteriormnete Swift se trasladó a California para convertirse en director del Observatorio del Monte Lowe al que aportó el telescopio de 16 pulgadas. Swift descubrió 3 cometas periódicos: 11P/Tempel-Swift-LINEAR, 64P/Swift-Gehrels y 109P/Swft-Tuttle que es el cometa generador de la liuvia de meteoritos Perseidas. Aparte de cometas, también descubrió centenares de nebulosas. Ganó el Premio Lalande de 1881. El cráter lunar y el asteroide 503 Swift fueron nombrados en su honor.


Hace 125 años…
Carl Peter Henrik Dam (21 de febrero de 1895 – 12 de abril de 1976) – Bioquímico danés. Estudió en el Instituto Politécnico de Copenhague y fue profesor en la Escuela de Agricultura y Medicina Veterinaria en la Universidad de Copenhague. En 1940 se trasladó a los Estados Unidos donde trabajó en la Universidad de Rochester y en el Instituto Rockefeller, regresando a Dinamarca en 1946. En 1929 descubrió en los pollos una deficiencia alimenticia que les provocaba hemorragias frecuentes y coagulación lenta, y la atribuyó a la deficiencia de una vitamina, que llamó K (por Koagulations). En 1939, consiguió aislarla a partir de la alfalfa. Existen varias formas de vitamina: K1, la que Dam encontró y se encuentra en los vegetales; K2 es producida por las bacterias que viven en el intestino; K4, K5, K6 y K7 son formas sintéticas de la vitamina. En el cuerpo humano, todas ellas se transforman en K2, la única forma activa en los mamíferos. La deficiencia de la vitamina K provoca hemorragias internas y falta de coagulación. En el hombre puede ocurrir como consecuencia del uso de medicamentos que destruyen la flora intestinal, o por problemas biliares. En 1943, Dam recibió el premio Nobel de Fisiología y Medicina por la síntesis de la vitamina K.


Hace 75 años…
George Fitzgerald Smoot (20 de febrero de 1945) – Astrpofísico Astrofísico estadounidense. Estudió matemáticas y física en el Instituto de Tecnología de Massachussetts, donde obtuvo su doctorado en física de partículas en 1970. Después se decidió por el estudio de la cosmología, trabajó en el Laboratorio Nacional de Lawrence Berkeley, donde experimentó con balones estratosféricos para la posible detección de partículas de antimateria. Su nombre cobró prestigio en la comunidad científica internacional por su investigación sobre la radiación cósmica de fondo, remanente de la intensa temperatura producida en el Big Bang. Fue catedrático de la Universidad de Berkeley y también estuvo asociado al Centro de Astrofísica de Partículas y al Laboratorio de Ciencias del espapcio de la Universidad de California. En 1989, Smoot participo como director científico, en un proyecto de la NASA dirigido por su colega John C. Mather, Smoot y su equipo enviaron en 1989 un satélite al espacio, el COBE (Cosmic Background Explorer). A los pocos minutos de estar en el espacio, los sensores de a bordo del COBE detectaron niveles de radiación cósmica, cuya existencia ya había sido descubierta en 1964 por Arno Penzias y Robert Wilson, galardonados por esta situación con el Premio Nobel de Física de 1978.  Durante los años siguientes, el equipo de Smoot centró su estudio en las mediciones de las minimas variaciones en las temperaturas de radiación, mientras que John Mather se responsabilizó de los análisis sobre las irregularidades o perturbaciones de fondo y de las microondas medidas por el COBE. El 23 de abril de 1992 saltaron a la fama al ofrecer datos de las pequeñas variaciones en la radiación cósmica de fondo, y la primera imagen del univeros con el aspecto que hubiera tenido hace millones de años, justo después del Big Bang. En la imagen se podían observar grumos de diferente coloración debidos a las diferencias de densidad en la radiación de fondo. Smoot y Mather pudieron así confirmar la hipótesis de que el Universo se inició con una gran explosión, conocida como el Big Bang. Sus investigaciones pusieron de manifiesto que después del Big Bang el Universo podría considerarse como un “cuerpo emisor de radiación” que debió alcanzar una temperatura elevadísima. Luego, la radiación se fue enfirando gradualmente, en la medida en que el Universo se expandía y la radiación de fondo puede calcularse alrededor de los 2.7 °K por encima del cero absoluto (-273.15 °K). El descubrimiento realizado por George Smoot y por John Mather fue calificado por Stephen Hawking como el más importante del siglo. Este hallazgo permitió que posteriormente se realizaran observaciones más precisas de la radiación de fondo con satélites más sofisticados como el WMAP. Smoot ha continuado haciendo observaciones y es colaborador de la tercera generación del satélite Planck, diseñado para mediciones de la materia oscura. Smoot es también asistente en el análisis de los datos del telescopio espacial Spitzer, a cargo de la misión de medir la radiación infrarroja de fondo. En 2006 fue galardonado con el Premio Nobel de Física.



Muertes

Hace 50 años
Francis Payton Rous (5 de octubre de 1879 – 16 de febrero de 1970) – Médico estadounidense. Estudió en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y en la de Michigan. Desde 1909 trabajó en el Instituto Rockefeller de Nueva York. En 1910 descubrió un virus que causa una forma de cáncer en las gallinas (sarcoma de Rous). El hallazgo fue ignorado durante bastante tiempo, pero al fin se encontraron otras formas de cáncer dirigidas por virus, y se reconoció la prioridad de Rous, que se había adelantado a su época. Posteriormente investigó la vejiga de la orina y el hígado, e inventó técnicas para conservar la sangre y separar así el momento de la donación del de su utilización (hasta entonces, el donante tenía que estar presente mientras el enfermo recibía la transfusión). En 1966, 56 años después de su descubrimiento del sarcoma, Rous fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiológia y Medicina.

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