Nacimientos
Hace 475
años…
William Gilbert (24 de mayo de 1544 – 10 de diciembre de 1603) – Físico
y médico inglés. Estudió en Cambridge, pasó
cuatro años en el extranjero y obtuvo el titulo de doctor en medicina,
ejerciendo en Londres desde 1573. En 1601 fue nombrado médico personal de
Isabel I de Inglaterra. Se le conoce principalmente por haber sido uno de los
primeros en estudiar el magnetismo, debiéndosele la teoría de que la Tierra es
un imán esférico gigantesco, lo que explica que la brújula tome la orientación
norte-sur. También estudió el ámbar y los fenómenos eléctricos producidos en
este material por frotamiento. Se le deben los términos: eléctrico (de electrón, nombre griego del ámbar) y polo magnético. Se ha dado su nombre,
Gilbert, Gb, a la unidad cegesimal de fuerza magnetomotriz, que equivale a
10/4π amperios-vuelta. En 1600 publicó “Tratado
sobre la piedra imán, los cuerpos magnéticos y el gran imán de la Tierra”. Fue
el primer inglés en aceptar las ideas de Copérnico. También siguió las ideas de
Nicolas de Cusa al creer que las estrellas estaban a enorme, aunque a variable
distancia de la Tierra y a su vez podrían estar rodeadas de planetas habitados.
Fue el primero en especular acerca de la causa de que los planetas no se salieran
de su órbita, diciendo que podría ser por alguna forma de atracción magnética.
Hace 225
años…
Johann Heinrich von Madler (29 de mayo de 1794 – 14 de marzo de 1874) –
Astrónomo alemán. En 1829, Beer decide poner
un observatorio privado con un telescopio de Fraunhofer e invita a Madler a
trabajar con él. En 1830 empezó a realizar dibujos de Marte que serían los más
precisos al momento. Realizó la determinación del periodo de rotación de Marte
con un error de 13 segundos de valor aceptado hoy en día. Una determinación
posterior la daría un error de 1.1 segundos. Realizó un mapa exacto de la Luna
que publicó en su obra “Mappa
Selenographica”, publicada entre 1834 y 1836. En 1837 publicó una
descripción de la Luna en su obra “Der
Mond”. Ambas publicaciones fueron las mejores por muchas décadas, no
superada al trabajo de Schmidt en 1870. Los trabajos conjuntos de Beer y Madler
confirmaron que los accidentes de la superficie de la Luna no cambian y que no
hay atmósfera o agua. En 1836, Encke nombró a Madler como observador en el
Observatorio de Berlín. En 1840, fue nombrado director del Observatorio de
Tartu en Estonia sucediendo a Struve quien se habia movido al Observatorio de
Pulkovo. Continuó con las observaciones de las estrellas binarias de Struve.
Mediante el movimiento de las estrellas, señaló su “Hipótesis del Sol Central”
según la cual el centro de la galaxia se hallaba localizado en las Pléyades y
que el Sol se movía alrededor de éstas. Publicó muchos trabajos científicos de
los cuales destaca “History of Decriptive
Astronomy” en 1873. Los Cráteres
de la Luna y Marte, Madler fueron nombrados en su honor.
Hace 200
años…
Otto
Wilhelm von Struve (7 de mayo de 1819 – 14 de abril de 1905) – Astrónomo
estonio. Otto Struve formó parte de una
famosa dinastía de astrónomos. Fue hijo de Friedrich Georg Wilhelm von Struve y
sus hijos también fueron famosos astrónomos. Estudió en la Universidad Imperial
de Dorpat. Mientras estudiaba asistía con su padre al Observatorio de Dorpat
donde aprendió desde muy joven la astronomía. En 1839, se graduó de la
universidad y se mudó al recién inagurado Observatorio Pulkovo, donde fue
nombrado inmediatamente asistente de director, que fue su padre. Por sus
observaciones inicialesm se le otorgó el grado de Maestro de Astronompia por la
Universidad de San Petersburgo en 1841. En 1842, visitó Lipetsk en Rusia para
observar un eclipse solar. En 1843, Otto
Struve se convirtió en ciudadano ruso. Durante 1843 y 1844 Struve participó en
las medicones de longitud entre Altona, Greennwich y Pulkovo, que se basaron en
un gran desplazamiento de cronómetros sobre la superficie de la Tierra. Este
método recientemente desarrollado se adoptó en Rusia y, apartir de 1844, se
midió la longitud a partir no del Observatorio Tartu sino del Observatorio
Pulkovo. En 1844 se dedicó a estudiar al Sol. Dedujo sus coordenadas de
vpertice y velocidad lineal a 7,3 km/s. Este valo es significativamente menor
que el valor correcto de 19.5 km/s medido en 1901, pero el resultado de Struve
fue correcto en cuento a que la velocidad del Sol era menor que la de las
estrellas. En 1865, descubrió NGC 8, una estrella doble en la constelación de
Pegasus. Esto ocurrió solo 2 días después de que descubriera la galaxia espiral
NGC 9 en la constelación de Andrómeda. Exploró la constelación de Casiopea,
encontrando estrellas dobles. Struve continuo el trabajo de su padre en varias
direcciones, En particular, compiló famosos catálogos de coordenadas estelares,
incluyendo varios miles de estrellas dobles observadas con un telescopio
refractor de 15 pulgadas. Entre 1816 y 1852, el observatorio completó las
famosas mediciones de trinagulación de levantamiento del arco angular, llamado
Arco Geodésico Struve. Estas medidas se extendieron a lo largo de más de 2,820
km y apuntaron a establecer el tamaño y la forma exactos de la Tierra. En 1851,
mientras observaba un eclipse solar, concluyó que la corona solar y las
protuberancias solares están conectadas físicamente con el Sol en lugar de ser
simplemente un efecto óptico, como creían la mayoría de los astrónomos de su
época. En 1860m sugirió la conexión entre las protuberancias solares y las
llamaradas solares. En 1851, Struve observó los satélites de Urano, Ariel y
Umbriel y de Neptuno. Midió los anillos de Saturno y descubrió el anillo interior
oscuro de Sturno. En 1861, en un informe a la Academia de Ciencias, apoyó y
desarrolló las ideas de William Herschel, que las estrellas se forman a partir
de la materia difusa. En 1877, preparó varias expediciones para monitorear el
tránsito de Venus a través del Sol en Persia y Egipto. En 1885, instaló un
telescopio refractor de 30 pulgadas en Pulkovo, que fu el más grande de su tipo
en ese momento. Con el retiro de su padre en 1862, Otto Struve se convirtió
oficialmente en director y mantuvo ese cargo durante 27 años hasta 1889. Struve
fue parte de la asociación astrónomica entre los Estados Unidos y Rusia durante
el siglo XIX. Dentro de esa colaboración, muchos astrónomos estadounidenses se
quedaron en Pulkovo para observaciones e intercambiaron datos con científicos
rusos. Por iniciativa de Struve, Simon Newcomb y Asaph Hall fueron nombrados
miembros extranjeros de la Academia de Ciencis de Rusia. Struve ganó la Gold
Medla de la Royal Society en 1850 por su trabajo sobre “la determinación de la
contante de la precesión con respecto al movimiento adecuado del sistema solar”
que publicó qn 1840. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias de Suecia y de
la Academia Rusa de Ciencias. En 1874 fue miembro extranjero de la Real
Academia de las Artes y las Ciencias de los Paises Bajos. En asteroide 768
Struveana y el cráter lunar Struve fueron nombrados en su honor.
Muertes
Hace 500
años
Leonardo
Da Vinci (15 de abril de 1452 – 2 de mayo de 1519) – Polimata
italiano. Fue
pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, científico, escultor,
filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Fue un ingeniero
militar con ideas bastante avanzadas para su tiempo, diseñando proyectos de
tanques primitivos y aviones, utilizando todo tipo de aparejos, cadenas, ruedas
dentadas, etc. Era ingenioso en artificios mecánicos para el nivel de
tecnología de su tiempo. Construyó el primer ascensor para la catedral de
Milán. Para el diseño de las aeronaves, estudió vuelo de los pájaros, y para el
de submarinos, la forma de nadar de los peces. En cuestiones de ciencia, tenía
conocimientos muy profundos. Tuvo noción del principio de la inercia, y cerca
de un siglo antes de Galileo vio que los cuerpos en caída libre adquirían
aceleración al caer. Intuyó la posibilidad de movimiento perpetuo. Estudió
también la estructura y funcionamiento del corazón y sus válvulas, dando ideas
acerca de la ciculación sanguínea un siglo antes de Harvey.
Hace 225
años
Antoine
Laurent de Lavoisier (26 de agosto de 1743 – 8 de mayo de 1794) – Químico
francés. Lavoisier nació en
una familia acomodada que le proporcionó una educación excelente. Eta suerte
fue bien aprovechada porque fue un buen estudiante. Estudió en el Colegio
Mazarino y se licenció en Derecho en 1764. Su padre, que era abogado, confiaba
que su hijo siguiera en su profesión, pero el joven Lavoisier, que asistió a
las conferencias de astronomía de Lacaille, acabó interesándose por la ciencia.
Después de algunos escarceos en la geología se pasó a la química, siendo ésta
la tarea de su vida. Desde 1768 perteneció a la Academia de Ciencia Francesa,
de la que fue director en 1785. Desde el comienzo de sus investigaciones
químicas se dio cuenta de la importancia que tenía la precisión de las medidas.
Su primer trabajo importante, en 1764, trató de la investigación acerca de la
composición mineral del yeso, al cual calentó para sacarle su contenió de agua,
midiendo a continuación con precisión el agua obtenida. Hubo químicos
anteriores a Lavoisier, principalmente Black y Cavendish que se habían dedicado
también a las mediciones, pero fue Lavoisier quien penetró más en ello y quien
debido a sus éxitos proporcionó esta idea a los químicos en general. Hizo por
la química lo que Galileo había hecho por la física dos siglos antes y el
resultado en química fue igualmente rotundo y es en parte por esto por lo que
Lavoisier es acreditado de ser el padre de la química moderna. Lavoisier fue un
ciudadano de gran espíritu público que participó en muchos consejos y
comisiones creadas para mejorar la suerte del pueblo. En 1760, trabajó en
métodos para mejorar la iluminación de los pueblos, causando sensación a los
veinte años con su ensayo sobre esta materia, y en 1770, ideó nuevos métodos
para preparar la salmuera, sustancia necesaria para la fabricación de la
pólvora. Estos nuevos métodos hicieron innecesario para los funcionarios
oficiales el tener que saquear bodegas y graneros para encontrat cristales de
dicha sustancia, pues constituía una invasión de domicilios llevada a cabo
brutalmente y que provocó muchos resentimientos en el pueblo. En 1780, trabajó
para la modernización de la agricultura y sus investigaciones le llevaron a
establecer una granja modelo en 1778. Todo este gran espíritu ciudadano no hubo
de ayudarle a la postre, por dos equivocaciones, En primer lugar, invirtió
medio millón de francos en la Ferme générale
a fin de ganar algún dinero para sus investigaciones. Esta Ferme générale era una sociedad privada comprometida por el
gobierno francés a un precio fijo para recolectar impuestos. Cualquier dinero
que sacaban por encima de la cuota que quedaba de ganancia para la sociedad.
Estos “granjeros de hacienda” sacaban hasta el último real y no había grupo más
odiado en Francia del siglo dieciocho que dichos granjeros. Lavoisier mismo
estuvo ajeno a la recaudación directa de impuestos, por supuesto, y se dedicó a
ser un mero administrador. No utilizó el dinero que ganó con fines egoístas,
sino que lo hizo para la investigación química, creando un magnífico
laboratorio privado. Sin embargo, fue un “granjero de hacienda” y ganó cien mil
francos en un año, y lo que es más, en 1771 se casó con la hija de un jefe
importante de la sociedad, la cual tenía solo catorce años, guapa e
inteligente, que se metió a fondo en el trabajo, tomándole notas, traduciendo
del inglés, ilustrando sus libros y otros trabajos. En general fue un
espléndido matrimonio de amor, aunque ella no dejo de ser nunca la hija de un
importante recaudador de impuestos. El segundo error de Lavoisier tuvo que ver
con la Academia de Ciencias Francesa, que perteneció como miembro desde 1768,
cuando solo contaba con veinticinco años. En 1780, un tal Jean Paul Marat,
periodista que se las daba de científico, pidió su ingreso a la Academia y
Lavoisier hizo lo posible para que no entrara, por la razón de que los tratados
que ofrecía a la Academia no tenían valor alguno. Marat, sin embargo, no se
olvido de esto ni tampoco de consumar su venganza. Lavoisier en sus primeros
momentos alegres estuvo muy ocupado tratando de desterrar uno por uno los
principios anticuados de la química que estructuraban la mente de los químicos
del Siglo XVIII. Había algunos que mantenían las antiguas nociones de los
elementos griegos y creían en la transmutación por el hecho de que el agua se
podía transformar en tierra después de hervirla a sequedad. Esto aparentaba ser
así porque el agua que se calentaba durante muchos días dejaba un residuo
sólido. Lavoisier decidió en 1768 poner a prueba esta cuestión e hirvió agua
durante ciento un días, en un aparato que condensaba el agua evaporada,
devolvíendola al matraz de ebullición de manera que no se perdiera agua en el
proceso, empleando además un método de mediciones cuidadosas. Pesó, pues el
agua y el recipiente antes y después. Los residuos aparecieron, pero el agua no
variaba de peso mientras hervía, Por tanto, el residuo no podía haber sido
formado a partir del agua. Sin embargo, el matraz había perdido un peso igual
al aparecido en la forma de residuo. En otras palabras, el sedimento no era
agua transformada en tierra, sino que provenía del ataque lento del agua sobre
el cristal que se precipitaba en fragmentos sólidos. Esto constituyó un claro y
definido ejemplo de la utilidad y buen encauzamiento de los hechos que no se
podrían alcanzar sin la ayuda de una observación sin mediciones. El interés de
Lavoisier en el alumbrado de las calles le introdujo de lleno en el problema de
la combustión. La teoría del flogisto de Stahl ya tenía un siglo de existencia
y había muchas cosas que no podía explicar. La confusión que originó entre los
químicos se esclareció con el trabajo de Lavoisier y sólo después pudo avanzar
de verdad la química. Lavoisier empezó a calentar sustancias al aire en 1772.
Una vez compró con otros químicos un diamente que colocó en un recipiente
cerrado y enfocó en él los rayos del Sol que concentraba una lupa y el diamente
desapareció. Sin embargo, el recipiente se llenó de dióxido de carbono, lo que
probó que en gran parte o en su totalidad el diamante estaba compuesto por
carbón. Lavoisier también notó especialmente que el diamente no ardía en la
ausencia de aire. Continuó quemando fósforo y azufre y comprobó que los
productos obtenidos pesaban más que el original, por lo que pensó que se había
adicionado alguna sustancia a partir del aire. Ya que no creía en que el
flogisto pudiera tener un peso negativo. Para obtener esto, calentó estaño y
plomo en atmósfera limitada de aire y sobre ambos metales apareció una capa de
óxido, que se comprobó, pesaba más que el metal base. Lavoisier vio que el
metal, su óxido, el aire y todo el conjunto, no habían variado de peso al
calentarlos. Esto quería decir que, si el óxido había ganado peso, por un lado,
el mismo peso se tenía que haber perdido por otro sitio, posiblemente del aire.
Si en realidad era del aire, tendría que aparecer un vació parcial en el
recipiente y el aire se precipitó a entrar siendo entonces cuando ganó peso el
conjunto. Lavoisier pudo demostrar que el óxido era una combinación del metal
con el aire y por tanto que la oxidación (y la combustión) no acarreaban una
pérdida de flogisto, sino una ganancia de al menos una porción del aire. Cuando
esta teoría se abrió paso finalmente entre los químicos, se derrumbó la teoría
del flogisto y se estableció la química sobre los fundamentos en que hoy
descansa. Además, la demostración de Lavoisier de que la materia ni se crea ni
se destruye, sino que cambiaba de un estado a otro en el transcurso de los
procesos químicos a que se somete, es la ley de la conservación de la materia,
que representa un baluarte de la química del siglo XIX. En 1774, Priestley
estaba en París y visitó a Lavoisier, con quien discutió los experimentos que
hizo con el “aire desflogisticado”. Lavoisier repitió los experimentos y se dio
cuenta al momento de la tontería que representaba el aire desflogisticado. A
cambio, le desmostró la existencia del aire que se combinaba con lo metales
para formar los óxidos. La única razón por la que los objetos ardían tan
rápidamente en ese gas era la de que en el aire, dicho gas estaba diluido entre
otros gases, en los que no ardían las sustancias. Lavoisier fue el primero que
expuso claramente lo que otros grandes químicos de la época, especialmente
Scheele, habían sospechado; el aire estaba compuesto por dos gases, uno de los
cuales mantenía la combustión y el otro no. Llamó “óxigeno” al primero (de los
vocablos griegos que quieren decir “que origina ácidos” porque creyó,
equivocándose por primera vez, que todos los ácidos lo contenían). Al segundo
lo llamó azoe (del griego que significa “sin vida”), pero en 1790 Chaptal lo
rebautizó “nitrógeno”, que es su nombre actual. En algunos aspectos, el
carácter de Lavoisier se mostró deprorablemente inconstante, pues, por ejemplo,
no quiso mencionar la ayuda que, para descubrir el oxígeno, había recibido de
Priestley y darle toda la gloria. A decir verdad, la ayuda de Priestley no fue
muy grande y Lavoisier además interpretó el verdadero significado de la labor
de Priestley que el mismo Priestley no vio y se le deben dar las mejores
calificaciones en todo a Lavoisier, excepto en el íntegro descubrimiento del
oxígeno. Sin embargo, este descubrimientofue el pedazo de fama que más
codiciaba, pues quiso siempre descubrir un nuevo elemento. Hizo por la química
más que nadie hiciera hasta entonces, pero no llegó a descubrir un solo
elemento. Lavoisier llegó también a estudiar el comportamiento de los animales
en una atmósfera de aire, de oxígeno y nitrógeno. Pudo medir la cantidad de
calor que desprendían comparando la vida con la combustión. En 1783, Cavendish
demostró que el agua se podía producir quemando su gas inflamable en el aire.
Lavoisier al momento repitió el experimento de un modo más moderno y bautizó al
aire inflamable con el nombre de “hidrógeno” (del griego que significa “da
origen a agua”). Esto encajó bien con su nueva visión de la química y pudo
observar que cuando los animales descomponían el alimento, lo hacían añadiendo
oxígeno que respiraban y formando dióxido de carbono y agua, que aparecían en
aire espirado. También en este caso, Lavoisier arguyó que el experimento de
quemar hidrógeno, era original de él. De hecho, Lavoisier adquirió fama de
plagiadorque cuando se descubrió que un químico ruso, Lomonosov había publicado
estos hechos un cuarto de siglo antes que el francés, se empezó a dudar si
Lavoisier había leído las obras de Lomonosov. Sin embargo, esto es dudoso. La
nueva química comenzó en seguida a avanzar; en Inglaterra, Cavendish y
Priestley se negaron a abandonar la teoría del flogisto, pero Black siguió las
doctrinas de Lavoisier, así como Bergman en Suecia y Klaproth en Alemania. Por
esta época, el químico más conocido de Francia, que era Guyton de Morveau,
estaba intentando escribir un árticulo sobre química para una Enciclopedia y
estaba pasando muchas dificultades tratando de recopilar los conocimientos de
los antiguos, por lo que pidió ayuda a Lavoisier. Lavoisier pensó en el
problema y se dio cuenta que la dificultad residía en el idioma. Una vez
sentadas las bases de la nueva química, Lavoisier empezó a trabajar para conseguirle
una nueva nomenclatura. Los alquimistas y químicos anteriores no tenían reglas
fijas para nombras las distintas sustancias químicas y desde luego los
alquimistas se apartaron de su camino utilizando nombres caprichosos y oscuros.
Como resultado de esta confusión, ningún químico estab seguro de lo que le
contaba otros por no utilizar iguales denominaciones. En colaboración con otros
químicos, como Berthollet y Fourcroy, Lavoisier publico en 1787 la obra: “Métodos de Nomenclatura Química”. En
este libro se establecían normas que se utilizaban para nombrar cada compuesto,
basadas en los elementos que contenía. La idea fue la de identificar la
composición química con el nombre asignado. El sistema era tan claro y lógico
que los químicos lo adoptaron de inmediato y aún constituye la base de la
nomenclatura actual. En 1789, Lavoisier publicó un libro de texto llamado “Tratado elemental de química”, en el
que reunió su nueva doctrina y que representa el primer texto moderno de
química y entre otras cosas contiene una lista de todos los elementos conocidos
de ese entonces; esto es, de todas las sustancias que no se habían descompuesto
en unidades menores. En su mayor parte, la lista era bastante exacta, y ninguna
de las sustancias contenidas en ella no se reconoce hoy que no sea un elemento
o por lo menos un óxido del mismo. Sin embargo, Lavoisier catalogó el calor y
la luz como elementos y hoy se reconoce que son inmateriales. Lavoisier creía
que el calor era un “fluido impoderable” llamado “calórico”. Había desechado el
flogisto, un fluido imponderable también, pero en parte por su gran influencia,
el calórico permaneció en la mente de los químicos durante medio siglo. En 1790
fue secretario del comité para la uniformidad de las pesas y medidas. Hacia el
final de su carrera, Lavoisier, con la ayuda del joven Laplace, trató de medir
calores de combustión y dilucidó algunos de los detalles de lo que ocurría en
los tejidos vivos. Junto con Laplace formuló la ley de la termodinámica, que
afirma que el calor de descomposición de un compuesto es igual a su calor de
formación, y si en un caso se desprende en el otro se absorbe. En 1789,
Lavoisier llevó a cabo estudios cuantitativos sobre la fermantación alcohólica
y halló, adempas de etanol y dióxido de carbono, otro producto al que le dio el
nomble de ácido acético. Halló estequiométricamente con ayuda de balanzas que,
95.6 partes de azúcar dan un 57.5 % de etanol, 33.3% de dióxido de carbono y 2%
de ácido acético. Pero en el mismo año que apareció su libro estalló la
Revolución Francesa y hacia 1792 los antimonárquicos radicales tomaron tomaron
el control proclamando la República en Francia y cazando a los “granjeros de
hacienda”. Lavoisier fue retirado de su laboratorio y más tarde fue arrestado.
Cuando alegó que era un científico y no un recaudador de impuestos a los
granjeros, el oficial que lo arrestó contestó con la famosa frase “la República
no necesita cientícos”. El juicio fue un farsa, donde Marat, que ya era un
poderoso cabecilla revolucionario, sediento de venganza, acusó a Lavoisier de
haber participado en complots absurdos y pidió su muerte inmediata. Marat fue
asesinado en 1793, pero el mal ya estaba hecho. Lavoisier fue guillotinado
junto con su suegro y otros “granjeros de hacienda” el 8 de mayo de 1794. Dos
meses mas tarde, lso radicales fueron depuestos, por lo que su caso es la
fatalidad más deplorable de toda la Revolución. Lagrange se lamentó diciendo
“En un solo instante se quedó sin cabeza, pero harán falta más de cien años
para que aparezca otros igual”. Al cabo de dos años, los apenados franceses
empezaron a inaugurar bustos de su persona por toda Francia.
Hace 25
años
Allan
MacLeod Cormack (23 de febrero de 1924 – 7 de mayo de 1998) –
Físico y biofísico sudafricano-estadounidense.
Estudió en la Universidad del Cabo, donde se graduó en 1944, y en la Universidad
de Cambridge. Fue profesor de física en la Universidad del Cabo desde 1950 a
1956, año en que se trasladó a Estados Unidos y fue profesor de la Universidad
de Tufts. En 1966 se nacionalizó ciudadano estadounidense. En 1979, Cormack
recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por el desarrollo de la
tomografía axial computarizada y del aparato que la realiza, el escáner o tomógrafo
de rayos X. La concesión de este premio Nobel fue un tanto curiosa, ya que
ninguno de los dos premiados, Cormack (físico) y el inglés Godfrey Newbold
Hounsfield (ingeniero), eran médicos ni biólogos. Tambien es curioso que
Cormack no tuvo ningún doctorado y Hounsfield no tuvo ningún titulo oficial. El
diagnóstico basado en imágenes del interior del cuerpo obtenido por medio de
los rayos X se utilizó desde principios del siglo XX. Sin embargo, las
radiografías clásicas no permiten percibir el relieve o distinguir con claridad
los tejidos atravesados por los rayos. El escáner resolvió esto, obteniendo
gran número de imágenes de rayos X, ya sea sucesivamente, haciendo girar el
aparato, o mediante emisores y detectores. La información obtenida por los
detectores se envia a un ordenador, que reconstruye la imagen mediante técnicas
de proceso digital de señales. Cormack se interesó por el problema desde su época
en El Cabo y trabajó en él de forma intermitente, desarrollando la teoría fisicomatemática
necesaria para llevarla a cabo. Hounsfield fue quien construyó el primer tomógrafo
funcional.
Efemérides
de la Ciencia y el Espacio
Hace 100
años
El
29 de mayo de 1929 sucedió el eclise solar que confirmó la Teoría General de la
Realatividad de Albert Einstein.
Hace 50
años
Lanzamiento
del Apolo 10 – El 18 de mayo de 1969 fue lanzada la
misión Apolo 10, que fue el cuarto vuelo tripulado del programa Apolo. La
tripulación fue Thomas Stafford, John Young y Eugene Cernan. Esta misión fue una combinación de las dos anteriores, ya que
por primera vez se situó el módulo lunar en una órbita próxima a la Luna, y se
realizaron allí las maniobras necesarias que ya se habían efectuado en órbita
alrededor de la Tierra. Stafford y Cernan se situaron en el módulo lunar “Snoopy”,
tras abandonar el de mando y servicio, y lograron situarse en órbita lunar
elíptica, cuyo perilunio quedó situado a unos 14 kilómetros sobre su superficie.
Durante la segunda y última vuelta a la Luna el módulo lunar perdió el control,
recuperado poco después por su piloto Thomas Stafford. Tras finalizar esta
maniobra, se abandonó el módulo lunar, que fue lanzado en órbita alrededor del
Sol, y tras embarcar en el módulo de mando «Charlie Brown», se dirigieron a la
Tierra. Esta misión supuso el ensayo final del descenso a la Luna, realizándose
además multitud de fotografías de las zonas de alunizaje en las 31 órbitas que
realizó a la misma. Amaró el día 26 de mayo tras 192 horas, 3 minutos y 23
segundos de vuelo. El Apolo 10 fue la primera misión en llevar una cámara de
televisión en color en el interior de la nave espacial e hizo las primeras transmisiones
de televisión en color en vivo desde el espacio. El Apolo 10 estableció el
récord de velocidad hasta ese momento alcanzada por un vehículo tripulado a 39,897
km/hr durante el regreso de la Luna el 26 de mayo de 1969.
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